LAS AULAS HOSPITALARIAS

Sanar es la meta

Tradicionalmente, las aulas hospitalarias han sido concebidas como un servicio que  aporta beneficios educativos y atención escolar de los menores hospitalizados entre los tres y los diecisiete años. En este momento de cambio  educativo es imprescindible repensar su papel y actualizarlo hacia actuaciones profesionales capaces de conjugar la realidad social educativa, y la situación contextual hospitalaria de cada niño, con las necesidades psico-sociales y educativas que se les demanda a los ciudadanos del siglo XXI.

OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE
Han tenido que pasar unos cuantas décadas desde la renovada definición de salud por la OMS,  para que el cambio conceptual vaya calando en la realidad cultural.
Durante mucho tiempo hemos equiparado salud y  ausencia de enfermedad, es decir, ausencias de dolor y/o disfuncionalidades biológicas. Poco a poco el nuevo concepto de salud ha ido calando en la sociedad, y cada vez más, ésta entiende el concepto “salud”, no sólo como una situación de ausencia de enfermedad sino como un  estado completo de bienestar psicológico, físico y social: una noción sobre el bienestar humano que trasciende lo meramente físico.
Paralelo al cambio de mentalidad, y a la mejora de los medios de diagnostico y tratamiento, la sociedad ha comenzado a plantear y demandar una mayor humanización de la medicina y de los hospitales. Todos los expertos en este tema han coincidido que una  de las claves de esta humanización pasa por poder ofrecer a niños y adolescentes una continuidad en su  ritmo de vida  de la manera más normalizada posible y que la escuela, las aulas hospitalarias, se perciben  como un entorno y actividad familiar y cercana, capaz de proporcionar los niños hospitalizados el reequilibrio preciso para continuar sus rutinas diarias,  sus modos de vida y  sus de formas crecimiento personal y social.

De este modo, a la función pedagógica clásica asignada a las aulas hospitalarias, caracterizada por ser las encargadas de  mantener  y continuar el nivel escolar de cada alumno (en coordinación con sus aulas de referencia), posibilitar la promoción académica y prevenir la discontinuidad , la exclusión o el abandono escolar prematuro a causa de la enfermedad y sus tratamientos, le unimos una  función terapéutica: La escuela no es terapéutica en sí misma, pero tiene efectos terapéuticos.
A PESAR DE TODO
Desde una nueva perspectiva, la atención educativa hospitalaria se ha convertido en una atención básica dentro de los hospitales infantiles y juveniles.  Y lo es, no sólo como un derecho fundamental de todos los ciudadanos de acceso a la educación, sea cual sea su situación, ni tampoco sólo como prevención de grandes desfases educativos provocados por la situación de enfermedad (que ha sido su originaria razón de existir), sino también, y  especialmente, como herramienta al servicio de la mejora de su calidad de vida. La atención educativa se  convierte, de esta forma,  en parte activa del proceso de curación y colaboradora indispensable para la superación de la ansiedad y la angustia que la enfermedad y las situaciones de hospitalización conllevan, utilizando lo que los docentes sabemos poner en juego: actividades educativas  promotoras del desarrollo social y emocional y  la progresión  del aprendizaje.

AULAS HOSPITALARIAS,
DE AULAS ESPECIALES A AULAS EXTRAORDINARIAS

Superada la denominación excluyente que hemos manejado en educación durante muchísimo tiempo y que  suponía la diferenciación entre aulas especiales y aulas ordinarias, la era de la inclusión aboga por la creación de un tipo de aula que incluye las anteriores y las dota de positividad: aulas extraordinarias para todos.
Las Aulas Hospitalarias, después de mucho tiempo y trabajo, se han convertido en espacios educativosaltamente valorados en ámbitos sanitarios y hospitalarios, por lo que suponen de aportación a la salud integral de los alumnos y pacientes.
Ahora es el momento de ponerlas en valor también en  ámbitos educativos, dejando atrás el lastre de concepciones obsoletas que equiparaban  pedagogía hospitalaria a pedagogía del entretenimiento. Se trata de valorar y buscar las posibilidades de aprendizaje del  niño en relación a su entorno, de ofrecerleoportunidades de llevar a cabo actividades diversificadas, proyectos creativos,  aprendizajes memorables que le conserven, o le devuelvan, el placer por conocer y el deseo por aprender, comunicar  y crecer intelectualmente junto a otros niños. En definitiva, la escuela como medio para   ayudarle a proyectarse hacia el futuro. Una vez más, la escolarización como factor de pronóstico y futuro positivo.
Las aulas hospitalarias discurriendo por el camino de la innovación, hacia  una enseñanza que conjugue calidad y equidad, a través de la mejora de los procesos de aprendizaje del alumnado hospitalizado o convaleciente, mediante la introducción de metodologías activas, con el desarrollo de proyectos de aprendizaje memorables basados en las experiencias intensas que los alumnos/pacientes viven en el hospital, con un desarrollo específico y adaptado a los espacios y los tiempos que nos marca el contexto y con la utilización de  tecnologías de la información y la comunicación como tecnología que aporta, a las situaciones cerradas e individualizadas que plantean las condiciones sanitarias…
Mecanismos de apertura hacia el mundo exterior al hospital.
Colaboración y cooperación entre profesionales.
Oportunidades de compartir  y comunicar experiencias.
Posibilidades de trascender la situación hospitalaria y convertirse en un aprendizaje útil para la vida cotidiana.






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